El agua tratada con ozono, en cantidades correctas, ayuda a la regeneración de piel, proporciona una mayor oxigenación que favorece el combate de la acción de los radicales libres que son las dos principales causantes del envejecimiento precoz de la piel, manteniendo a la piel más joven, hidratada y suave. Impide la descamación de las uñas, evita la resequedad y resquebrajamiento de los cabellos.
El ozono, además de ser extremadamente eficaz a la hora de eliminar las bacterias, los virus y los contaminantes orgánicos, no produce efectos secundarios inadecuados.